Campings Figueras

Para los habitantes fronterizos es como su casa. Para los veraneantes una parada inspiradora y relajante. Figueras, la ciudad de Salvador Dalí, es una de esas ciudades catalanas con un patrimonio excepcional.

¿Conoce Figueras?

 

Figueras está ubicada cerca de la frontera francoespañola, entre mar y montaña, y forma parte de la famosa Costa Brava. Está rodeada de bellos balnearios como Cadaqués, L’Escala, San Felíu de Guixols y Ampuriabrava.

 

Aunque Figueras no se encuentra junto al mar, ofrece un verdadero paréntesis artístico. Efectivamente, aquí nació y se crio uno de los mayores artistas del siglo XX: Salvador Dalí. De hecho, el legado del maestro del surrealismo está omnipresente en la ciudad. Incluso creó su propio teatro-museo para presentar a los visitantes la interpretación más personal posible de su obra.

 

Sin embargo, Figueras es más que Dalí. Efectivamente, la ciudad ya era un lugar estratégico a la llegada de los romanos. Mantuvo su importancia desde la edad media hasta nuestros tiempos, épocas en las que Figueras tuvo varios dueños y perteneció a distintos reinos. Desde la corona de Aragón hasta la guerra civil española, pasando por el asedio de Napoleón y el franquismo, la ciudad y su comarca han despertado la codicia de muchos.

 

En la actualidad, tanto a los lugareños como a los habitantes fronterizos y turistas les encanta pasear por esta villa apacible. Sus monumentos reflejan su rica historia en un marco ideal durante todo el año.

 

¿Sabía esto?

 

Aunque no debe extrañar que Figueras posea fortificaciones, al igual que la gran mayoría de las ciudades europeas, la villa catalana sorprende por tener la mayor fortaleza moderna de Europa. Efectivamente, el castillo de San Fernando, construido en el siglo XVIII, ocupa 32 hectáreas distribuidas por más de 3 kilómetros.

 

Este impresionante bastión se construyó después del Tratado de los Pirineos (1660) que redibujó la frontera francoespañola. Con la asignación del Rosellón a la corona francesa, el Reino de España buscó consolidar sus tierras fronterizas para protegerse de posibles invasiones. El castillo es testigo de este momento de la historia, pero también de las técnicas de ingeniería civil española de aquella época.

 

¿Cuál es el plan?

 

Descubra en primer lugar las callejuelas y la Rambla del casco histórico. Tanto de día como de noche no faltará la animación. No se pierda la iglesia de San Pedro y su arquitectura gótica, las murallas, el ayuntamiento y las casas burguesas, pero tampoco los edificios de estilo modernista o neoclásico.

 

Aproveche el tiempo también para tomar una pausa gastronómica. Figueras es uno de los lugares perfectos para descubrir el terruño catalán: pan con tomate y anchoas, alioli, escudella, caracoles, crema catalana, butifarra...

 

Después de su pausa culinaria o un descanso a la sombra de los plátanos centenarios, descubra la Figueras de Dalí. Acuda a este fin al inevitable museo-teatro. Sumérjase en el mundo del artista catalán tal como él lo percibía. Continúe siguiendo los pasos del surrealista pasando por su casa natal y a continuación por el Museo del juguete de Cataluña. Este último ha dedicado una parte de su recorrido a Salvador Dalí. Además, numerosas esculturas expuestas en la ciudad se inspiran en el héroe local y le rinden homenaje.

 

Finalmente, termine su visita a la ciudad en el castillo de San Fernando. Aquí todo resulta inmenso, tanto en el recinto interior como en la parte exterior. Hasta los fosos y las galerías subterráneas son imponentes. Imagínese: se visitan a bordo de una embarcación hinchable.

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